Se triplicó la construcción de piletas en el Conurbano y la mayoría no se declaran
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Por la gran demanda, en Vicente López y San Isidro están dando turnos recién para el otoño. Según el material y tamaño, arrancan en $ 300 mil con todo incluido. Advierten sobre los problemas para desagotarlas.

El boom de la construcción de piletas en zona norte está a la vista: bolsas de arena, piedras, restos de hormigón, obreros de la construcción trabajando fines de semana y feriados para llegar con la “refrescante” fecha de finalización prometida. En Vicente López y San Isidro, desde septiembre del año pasado al menos una pileta por manzana se construye en ambos Partidos. La estadística, a ojo, la dan vecinos y pileteros que vieron incrementado su trabajo en más del 200 %. Inclusive hay lista de espera para construir durante el invierno.

¿El motivo? Por la pandemia muchos eligieron revalorizar su casa y pasar el verano ahi. Cuánto sale y cuánto tarda tener este “swim office” dependerá del tipo de pileta elegida. Las de fibra de vidrio suelen ser más económicas que las de hormigón, pero en todos los casos arrancan desde los $300 mil, llave en mano. Es decir, instaladas, pintadas, con motor y funcionando.

Paula Díaz y su mamá manejan Mundo Agua, una empresa familiar de piletas con 20 años en Florida, Vicente López. Las ventas para estas socias subieron un 200 por ciento, al punto de no poder abastecer la demanda que recibieron para construir piscinas. “Como el Coronavirus va a continuar le estamos diciendo a la gente que construya en invierno. Nosotros trabajamos con un target muy alto que al no poder viajar empezó a realizar reformas en la casa o se hizo la pileta”, explica Paula.

En San Isidro registraron un incremento del 10 % en la construcción de piletas “declaradas”, es decir aquellos vecinos que avisaron en la Municipalidad que comenzarían con la obra en sus casas. “En el Municipio no existen ordenanzas respecto de la construcción o uso de piletas. El permiso para su construcción es el mismo permiso de obra que para las viviendas”, explicaron desde el área de habilitaciones.

Y agregaron que “el agua de piletas o natatorios nunca debe arrojarse a los pavimentos, tanto sea en su vaciado total o parcial, pues la misma genera inconvenientes a los demás vecinos y daña la capa asfáltica por filtraciones, fisuras y roturas. El agua debe volcarse directamente en el pluvial o en el sumidero más cercano a la casa, pidiendo autorización a la Secretaría de Obras Públicas del municipio para efectuar esa conexión. Si esto no fuera posible, y como en nuestro distrito más del 98% de la población cuenta con la red cloacal frente a su casa, debe efectuar una conexión en su propio domicilio para descargar el agua de pileta en la red cloacal. El vaciado de piletas debe realizarse en ese caso preferentemente de noche”.

Los vecinos pueden efectuar reclamos y denuncias al área de Inspección General de la Municipalidad llamando al 4512-3000, de lunes a viernes de 8 a 14. Paralelamente, la Secretaría de Obras Públicas de la comuna se pone a disposición de todos los vecinos que necesiten asesoramiento sobre estos temas, los cuales podrán llamar al 4512-3469, de lunes a viernes de 8 a 14.

En Olivos Park, otra empresa constructora de piletas con muchos años en la zona, aseguran que entre septiembre y octubre hubo un boom comparado con otros años. “Fue del doble o el triple. Llegamos a perder muchas ventas porque no tenía stock y porque las piletas las fabricamos nosotros”, confirma Luciano Bartoloni, tercera generación de pileteros de la empresa familiar fundada en 1973. Sólo en su local hubo 250 piletas nuevas colocadas en zona norte. “Exactamente el triple que el año pasado”, asegura.

Un 70% más caras que en 2019

Los fabricantes aseguran que los precios aumentaron hasta un 70% respecto del año pasado. Como contracara, con el dólar blue subiendo sin parar entre septiembre y octubre, quienes tenían un ahorro en la moneda estadounidense no lo dudaron. Joaquín Fernandez, vecino de Libertador y Uruguay, en Béccar, en el barrio de Punta Chica, recuerda haber pagado 10.000 dólares en 2011 por su pileta de 8 x 4. Hoy se puede construir por la mitad, o menos.

En fibra de vidrio, la pileta más chica es de 4 x 2,30 y sale $170 mil pesos o $300.000 con toda la instalación. Los precios suben a casi $600.000 según el tamaño. Mientras que en hormigón armado y proyectado, una de de 6 x 3, ronda los $800.000 llave en mano. Es decir: pintada, con la bomba instalada, llenada y funcionando. “La demora en la construcción es no menor a 30 días, porque se debe tener en cuenta las cuestiones climáticas y la falta de insumos por pa la pandemia. Tenemos lista de espera para construir en el invierno”, asegura Paula que agrega un detalle más: “Nos pidieron muchas piletas en duplex, en espacios hasta de 3 metros por uno. La gente tiene que refrescarse”, asegura.